martes, junio 13, 2006

Ocio: "Lamikiz es el único responsable de que no vuelva al Athletic"


Por su interés reproducimos a continuación la entrevista que Ortiz de Lazcano realiza para 'El Correo' al central sevillista, donde éste da su versión y explica todos los pasos de las negociaciones con el Athletic y la ruptura de las mismas.

-¿Cuál es su primer contacto con Fernando Lamikiz?

-Al poco de llegar yo al Sevilla, el año 2003, con Ignacio Ugartetxe de presidente, me telefoneó para decirme que me daba las gracias como socio por mi comportamiento en las fallidas negociaciones para mi continuidad. Y añadió que haría todo lo posible para que volviera al Athletic.

-¿Cuándo vuelve a saber de él?

-En la temporada 2004-05, la primera en la que es presidente. Me llamó y me dijo que me querían recuperar. Me reuní con él en su despacho de Bilbao. Era plenamente consciente de que habría que pagar un traspaso. Parecía dispuesto, pero a última hora se retiró. Lo que había hecho era enredar y largarse diciendo que no iba a pagar por un jugador que se había ido del Athletic.

-Con estos antecedentes, ¿por qué acepta hablar de nuevo con el Athletic en la última campaña, la 2005-06?

-Porque es el club de mi vida, del que soy desde niño, y quería volver. Además, pensé que esta vez todo sería distinto.

-En enero EL CORREO publica que se han iniciado las negociaciones.

-Así fue, pero yo sabía del interés del Athletic tiempo atrás. Me llegó desde distintos puntos.

-¿Alguno de ellos oficial?

-Cuando me presento en Navidades en Lezama para entrenar con Euskadi para el partido ante Camerún me abordan Txema Noriega (coordinador de Lezama) y Dani (del área deportiva). Me dicen que me quieren y me preguntan con quién deben hablar. Les comunico las personas a las que designo para llevar las conversaciones con el Athletic.

-¿Cómo es ese primer contacto oficial?

-Se realiza con mis interlocutores. Por parte del club entran los directivos Juan Bustamante y Eukeni Olabarria. Ya en ese momento advertimos de que mi planteamiento es cuatro años de contrato. La impresión que queda es que ellos parecen aceptarlo.

-¿Cuándo se retoman las conversaciones?

-Hay un momento en que los directivos del club hablan de un cuarto año condicionado al número de partidos. Una de las personas que me representa acude al despacho de Bustamante y recoge una propuesta de fichaje. Su oferta, en partidos, es tres años y un cuarto si jugaba 60 partidos en tres temporadas o 25 en la última.

-¿El documento estaba redactado sobre un papel oficial del club?

-No, y fue mi primer mosqueo, pero como es evidente que las conversaciones avanzan, lo paso por alto. En todo caso, lo del sello es lo de menos. Es una oferta que me entrega un directivo del club y, por tanto, se supone que va a misa.

-Finaliza la Liga. ¿Qué sucede?

-Es el momento de cerrar las cosas. Bustamante y Olabarria querían reunirse conmigo en Madrid un día determinado, pero les advierto de que es imposible porque esa tarde jugamos un amistoso en Badajoz. Les comunico que iría a pasar cinco días a Vitoria y que ahí me tenían a su plena disposición. Pasan los días en Vitoria y no tengo noticias de ellos. Sólo la víspera de mi marcha a Ibiza consigo hablar con ellos. Empiezo a telefonearles a las diez de la mañana y no me cogen. Finalmente, contacto con ellos y nos citamos a las 23.30 horas en Vitoria.

-¿Qué pasa en la reunión?

-Que se presentan Bustamante y Olabarria con un contrato de tres años y además quieren que lo firme allí mismo. Les digo que habíamos quedado en 3+1 y que me levanto de la mesa. Me explican que no pueden volver al 3+1 sin la autorización de Lamikiz.

-El club habla de que ahí hubo diferencias económicas.

-Al día siguiente llamé a Bustamante y le dije que por el dinero no era problema, pero que lo del cuarto año había que arreglarlo. Me dice que me llamará el presidente.

-Y usted se va a Ibiza.

-Convencido de que Lamikiz me va a llamar. Pero pasan los días y no telefonea. Me dicen en el club que no le localizan. Al final me piden que le llame yo. Lo hago. Entre seis y ocho ocasiones, pero no me coge. De repente, recibo un SMS de Lamikiz en el que me dice que vaya pensando en ir a Bilbao, que al día siguiente me llamará. No me gustaron las formas, pero empecé a mirar combinaciones de vuelos.

-Y por fin, ¿Lamikiz le llama?

-Sí, el domingo 4 de junio. Me dice que vaya. Contesto que hay personas con poderes para firmar por mí y que no lo veo necesario. Le recuerdo que se había pactado un 3+1 que se ha retirado por parte del club. Me pide que lo deje en sus manos, que ya veríamos cómo solucionarlo.

-Evidentemente, Lamikiz no encuentra la solución.

-El lunes le llamo. Insisto de nuevo, pero no me contesta. Es entonces cuando decido no ir a Bilbao. Se lo comunico el martes a Bustamante y me contesta ofendido que ¿cómo puede ser?, que Lamikiz me espera. Pero ya estaba decidido. No fichaba. La directiva había enrarecido tanto el ambiente de las negociaciones que no era bueno para nadie que volviera al Athletic.

-¿Vuelve a hablar con Lamikiz?

-Si, el miércoles. De repente, me llama y me dice que el Athletic ha fichado a Sarriegi y que, por tanto, de lo mío no se iba a hacer nada. Lo que quería era darme en toda la frente con el fichaje de Sarriegi. Le digo 'qué coincidencia, había decidido rechazar vuestra oferta'.

-¿Le da el presidente alguna explicación?

-Que había perdido mi oportunidad. Le recordé lo del cuarto año y replicó que ellos sólo habían hablado de tres. Le dije, ¿pero si tengo aquí una oferta por escrito! Ya me habían dicho que no es un hombre con mucha credibilidad, pero he comprobado que no tiene ninguna, que su palabra no tiene el más mínimo valor. Si no he fichado por el Athletic ha sido por Lamikiz. Es el único responsable de que la operación no se haya cerrado.

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