El Sevilla igualó en el último suspiro y logró remontar una eliminatoria que tenía perdida. Una noche épica que pasará a la historia, cada día más brillante, de este equipo que parece tocado por una varita mágica.Otra fecha para la historia la de este 15 de marzo de 2007, en la que el Sevilla se superó a sí mismo para pasar, por segunda vez en su centenaria, vida a unos cuartos de final europeos.
Impresionante la garra, el coraje, la fuerza, la tensión, el ímpetu y sobre todo la fe, esa fe con la que los de Juande Ramos han vuelto a dejar boquiabiertos a toda la 'europa futbolera'. Partido emocionante como pocos, eliminatoria no bella, bellísima. Comenzando fuera de cuartos, más fuera aún con el tanto, dentro en los últimos segundos, y finalmente clasificados.
Mágica noche por la forma de remontar al Shakhtar, que te empataba en casa y, sin hacer nada, se ponía por delante en su feudo, para que hasta los más devotos perdieran la fe. Mágica noche porque fue el portero quien conseguía un gol que nadie marcada, a pesar de las mil ocasiones que crearon los campeones. Mágica porque, al igual que en la final de Eindhoven, tuvo el gol el que menos se esperaba, un pletórico Chevantón recordó a ese Luis Fabiano de entonces.
Un Sevilla, en definitiva, tocado por la varita mágica del éxito, por esa suerte del campeón que parece encontrarse cada día más a gusto en Nervión.
Mañana el Sevilla estará en el bombo y será, más aún, el rival a temer. Mañana el Sevilla devolverá la Copa de la UEFA en Glasgow pero, a pesar de que el camino es largo todavía, media ciudad piensa hoy que sólo se trata de un hasta pronto.
El Sevilla fue superior pero se resistió el golPero vayamos al encuentro, el Sevilla comenzó el partido sabedor de su necesidad de marcar y así lo demostró durante toda la primera parte.
Con Luis Fabiano y Kanouté en el ataque y unas bandas y mediapuntas volcados en el área rival, las ocasiones sucedieron constantemente, desde que Adriano estrenó la pólvora a los tres minutos de juego.
El Shakhtar andaba perdido, sin una clara idea de juego, ni siquiera el encierro para mantener el resultado era claro, pues las lagunas de los defensores daban lugar a un constante peligro sobre la meta de Shust.
Entre tantas, Kucher salvó bajo palos una vaselina de Kanouté, el portero desvió al palo un tiro de Alves y también se tuvo que esforzar ante sendos disparos de Adriano.
Distinto fue el comienzo de la segunda mitad, con un equipo local que tras el vapuleo de la primera parte salió más centrado en el partido. Así, en la segunda llegada a portería, Mauzalem sorprendía a la defensa hispalense, a Palop y a todo el campo con un gol de espuela impresionante, al más puro estilo 'escorpión' de la mítica parada de Higuita. Era el minuto 49, y el tanto agravaba más aún las constantes ocasiones marradas en el periodo anterior.
Pero entonces apareció otra de las estrellas de Eindhoven, Maresca, que junto a Palop fue el hombre del partido, sería quien se encargaría de desviar suavemente un saque de esquina, para que el balón entrara llorando y restableciera, a los cuatro minutos, la igualdad en el marcador.
Con el 1-1 Juande cambió el esquema táctico, dando entrada a Chevantón y Puerta, por Hinkel y Adriano. Esta apuesta atacante se volvió en todo lo contrario, diluyendo el dibujo de los sevillanos, que perdieron el toque en el centro del campo y dejaron de crear las constantes ocasiones de gol.
Ahora eran los ucranianos los que tomaban el mando del partido y, tras una ocasión de Marica, fue Elano quien fusiló a Palop para establecer un 2-1 que parecía inamovible.
Pero ahí llegó la fe, la fuerza del que se sabe campeón y sobre todo la suerte de los grandes. Así sería "Palop I el Grande", quien en el último minuto del descuento, subió a rematar un córner y estableció el tanto que hacía posible la prórroga.
Este tanto en el último minuto dejó K.O. a los de Lucescu, que desaparecieron en el tiempo de alargue. El Sevilla en cambio recobró fuerzas y puso todo para apuntillar la eliminatoria. Primero fue Escudé el que estuvo a punto de lograr el tanto, pero sería Chevantón, desafortunado en los últimos meses, quien marcó el definitivo 2-3 que terminó de hundir a los ucranianos, sin fuerzas para superar el resultado.
Una vez más el Sevilla realizaba la machada, más grande por la magnitud del rival, de la competición y de la lejanía. Más grande es, cada día, este equipo del sur de España.
Ficha técnicaShakhtar: Shust; Gai, Chygrinskiy, Kucher, Shevhuck (Rat, min. 43); Fernandinho, Matuzalem (Duljaj, min. 84), Jadson, Lewandowski; Bielik (Elano, min. 63) y Marica.
Sevilla: Palop; Hinkel (Chevantón, min. 56), Javi Navarro (Duda, min. 78), Escudé, Dragutinovic; Alves, Maresca, Poulsen, Adriano (Puerta, min. 56) , Luis Fabiano y Kanouté.
Goles: 1-0. Min. 49. Matuzalem. 1-1. Min. 53. Maresca. 2-1. Min. 83. Elano. 2-2. Min. 90. Palop. 2-3. Min. 105. Chevantón.
Arbitro: Gianluca Paparesta (Italia). Amonestó a Bielik (min. 19 ) y Lewandowski (min. 88), en el Shakhtar, y a Javi Navarro (min. 35), Luis Fabiano (min. 41), Dragutinovic (min. 91), Poulsen (min. 97) y Escudé (min. 115), en el Sevilla.
Estadio: Olímpico de Donetsk, lleno.
Eduardo Peinado - elpenalti.com